Capítulo seis

Aspen

Pongo las manos en su pecho y lo empujo, poniendo la distancia necesaria entre nosotros y levantándome de su regazo. —N-nosotros... no podemos, Boston.

—¿Por qué no? Nos deseamos. Sé que me deseas tanto como yo te deseo a ti —gruñe Boston, extendiendo la mano para alcanzarme, tratando de at...

Inicia sesión y continúa leyendo