110 Vengo a buscarla

Kamara no sabía que había sorpresas en la manada, la manada de la Luna Mística. Nunca se despertaba por la mañana sin agradecer la presencia de la diosa luna. No pensaba mucho en ello, aunque había una gigantesca cerca de hierro, incomparable con cualquier otra manada, vigilada las veinticuatro hora...

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