125 Como un tonto

Kamara se sentó en el pasillo y comenzó a llorar de nuevo. Sentía como si una parte significativa de ella hubiera sido arrancada y nunca volvería a crecer. Incluso en su tristeza y desesperación, aún podía sentir a su lobo aullando dentro de ella.

¿Cómo pudo haberse dejado engañar dos veces? Primer...

Inicia sesión y continúa leyendo