Libro 2, capítulo 14: Yo soy Abizi

Damien salió de la ducha, sintiéndose un poco más relajado. Tenía que ocuparse de un problema azul enormemente grande. Había pintado toda la pared de la ducha con cuerdas de su liberación. No podía dejar de pensar en la hermosa mujer que yacía pacientemente, o en el caso de Madison, impacientemente,...

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