Ataque

Southampton

8 de abril de 1912

Meg

—¿Señorita? ¿Señorita? ¡Levántese!

Meg sintió el zarandeo, pero apenas podía abrir los ojos. ¿Dónde estaba? ¿Qué hora era? ¿Quién la estaba sacudiendo? Después de otro tirón fuerte, abrió los ojos y se dio cuenta de que era Charlotte.

—Señorita, su madre quiere ...

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