Destino

Meg tragó saliva. Charlie había hecho otras declaraciones similares, pero esta vez tenía esa mirada lejana en sus ojos de nuevo.

—Podría haber sido uno de ellos en mi asiento también. O en el de Jonathan o Daniel. No hay manera de saber cómo Dios decidió quién vivió y quién no.

Al mencionar a Dios...

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