Descanso

La cama de Charlie era grande y mullida, el tipo de colchón en el que podrías hundirte y nunca ser encontrado de nuevo si te lo proponías. Los muebles eran opulentos—muy parecidos a la mesa del comedor—y Meg se preguntaba cómo una persona tan humilde podía dormir rodeada de tal lujo. Seguramente, él...

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