A flote

Mauretania parecía inquietantemente similar al Titanic, pero Meg no se permitía pensar en eso. Había abordado el barco de manera muy diferente esta vez, como pasajera de Primera Clase, bajo su propio nombre, y el mismo capitán había venido a asegurarse de que estuviera cómoda y a asegurarle que no h...

Inicia sesión y continúa leyendo