CAPITULO 131

Mi corazón me dolió al verlo allí tirado en la calle, Mijaíl y yo nos acercamos para verlo y ayudarlo, estaba con sus ojos abiertos, no se movía, no había sangre derramada, pero si una pequeña herida en su cabeza, quizá por el duro golpe que le dio el auto, solo escuché que llamaban a una ambulanci...

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