Capítulo 4

Leo

Leo apenas podía contenerse. Su conciencia estaba llena del olor a vainilla, sol y sábanas suaves. Su corazón empezó a latir con fuerza. Su lobo comenzó a saltar arriba y abajo en su mente, gritando repetidamente "¡Compañera!" como si Leo pudiera haberlo pasado por alto la primera vez.

Los p...

Inicia sesión y continúa leyendo