Capítulo 27

Cuando bajamos al comedor, todos nos miraron y nos desearon buenos días.

Y todos les respondimos con una sonrisa brillante en nuestros rostros.

—Diego, ¿crees que puedo sentarme en el regazo de Alejandro para el desayuno? —susurró Elina mirándome esperanzada, y yo sonreí mirándola y asentí.

Camin...

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