Capítulo 31.

Cuando Dante nos dijo que agregáramos a dos personas más a nuestra cena de esta noche, nunca en mis sueños más locos creí que serían mis bebés perdidos.

Estoy tan feliz de tenerlos de vuelta, pero algo parece estar mal con ellos, y noté lo asustada que estaba Elina, también noté que ambos estaban m...

Inicia sesión y continúa leyendo