Capítulo 34

Después de que Ian y yo comiéramos unas cinco cucharadas de la ensalada de pollo, ambos estábamos llenos, así que empujamos el plato un poco lejos de nosotros.

—¿No van a comer más? —preguntó Richardo con una mezcla de tristeza y sorpresa.

—¿No les gustó la comida? —preguntó Leonardo levantando un...

Inicia sesión y continúa leyendo