Capítulo once: Culpa

Después de llevarme por la puerta trasera del elegante palacio, no podía creer lo que veían mis ojos. Los suelos eran de mármol y los más brillantes que había visto en mi vida; temía que al caminar me resbalara debido a lo pulidos que estaban. Muchas personas vestidas como sirvientes y doncellas rec...

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