Capítulo dieciséis: La verdad

La ducha se sentía tan bien, estaba tan cálida y eliminaba cualquier olor a hospital que aún persistía en mi piel. Ojalá tuviera más tiempo para relajarme, pero pronto recordé que Max todavía me estaba esperando en el dormitorio, así que por su bien, no podía tomarme mi tiempo.

Al salir, envolviénd...

Inicia sesión y continúa leyendo