Capítulo 119

Mi mano temblaba alrededor del cuchillo, el mango frío mordía mi palma sudorosa.

¿Qué demonios estaba diciendo? ¿Celo? ¿Nudo? ¿Cómo podía su polla crecer hasta ser tres veces más grande de lo que ya es? ¿Y qué demonios quería decir con que no debía dudar en usar un maldito cuchillo? Esa era la par...

Inicia sesión y continúa leyendo