Capítulo 125

Me quedé mirando al techo, parpadeando repetidamente, con la manta hasta la barbilla, el aire acondicionado apagado, pero aún así sentía frío. No era un frío físico. Era el tipo de frío que está arraigado profundamente, que se ha alojado en lo más profundo de mi alma.

—¿Qué estaba haciendo? ¿Qué me...

Inicia sesión y continúa leyendo