Capítulo 64

El deseo de Rosette cubrió mi pene en cuestión de segundos después de que me deslicé entre sus piernas. Podía oler lo excitada que estaba; emanaba de ella como una fragancia, y era como una droga que llenaba mi cabeza, nublando mis sentidos y haciéndome sentir como si estuviera flotando en el cielo....

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