Capítulo 18 Fuego contra fuego

Dayleen estaba de rodillas en el suelo, las esposas rúnicas ardían contra su piel, como si juzgaran su alma con cada segundo que pasaba. Aun así, levantó la cabeza, miró directo al Alfa Tauriel y a los ancianos, con los ojos llenos de rabia contenida.

—Nací en la manada de Fuego como hija ilegítima...

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