Capítulo ciento cuatro: El comienzo de su ruina

Cass estaba sentada en el jardín, el sol de la tarde calentando su piel y proyectando sombras moteadas sobre el banco de piedra donde se encontraba. Sus dedos trazaban distraídamente la costura de su vestido mientras miraba los rosales frente a ella—podados con demasiada perfección, como si también ...

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