Capítulo veintiocho: La forma de ella

Caius se levantó de la cama, el peso de la noche aún aferrado a sus hombros como una segunda piel. Cass apenas había hablado esa mañana, pero no lo necesitaba. Su silencio era lo suficientemente pesado.

Sin decir una palabra, se dirigió a la cámara contigua—una sala de baño tallada en piedra pálida...

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