Capítulo treinta y dos: El estudio

El estudio del Alfa estaba en penumbra, cargado de humo de leña y un antiguo poder. Paredes de piedra forradas de libros encuadernados en cuero se alzaban a su alrededor, y un escritorio masivo se erguía en el centro como un trono propio.

El anciano estaba de pie a su cabecera, con los ojos afilado...

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