Capítulo cuarenta: Cosas no dichas.

Las escaleras crujieron bajo sus pies mientras descendían juntos, sin hablar, sin tocarse—cada paso un eco agudo de lo que acababa de ocurrir arriba.

Cuando llegaron al rellano, se detuvieron. El pasillo estaba oscuro con la luz temprana y cargado de tensión. Ninguno de los dos se movió.

Cass cruz...

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