Capítulo cincuenta y cuatro: El vínculo puesto a prueba

El aire de la mañana estaba fresco, el cielo una pálida tela velada por nubes que se movían lentamente. Eira estaba en el jardín, rodeada de hileras de lavanda y raíz de hierro, sus dedos rozando los pétalos como si intentara recordar cómo solían sentirse las cosas.

Escuchó sus pasos antes de verlo...

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