Capítulo noventa y cinco: segunda oportunidad

El sonido de pasos acercándose resonó en el corredor fuera de la cámara, ligeros y rápidos. Caius giró la cabeza justo cuando la puerta se abrió con un crujido.

Cass entró primero, su presencia como una brisa cálida—suave, sólida, inquebrantablemente segura de su lugar junto a Caius. Eira la siguió...

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