138. Culpa mía

Los cinco salimos corriendo del templo, el suelo temblando bajo nuestros pies. La antigua estructura gimió y luego se derrumbó sobre sí misma, levantando una nube de polvo y escombros. Nos detuvimos a unos metros de distancia, tosiendo y protegiéndonos los ojos.

Pero no apareció nada.

No hubo un dra...

Inicia sesión y continúa leyendo