145. Dragón anciano

Por la mañana, todos nos dirigimos de vuelta al estacionamiento. Xaveria estaba con nosotros, manteniéndose al margen, sus dedos temblando a los lados como si estuviera tratando de evitar decir algo. Cada paso que dábamos, miraba por encima del hombro como si esperara que un monstruo saltara y grita...

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