220. Los árboles de Silverlight

El suelo bajo nosotros latía como si tuviera un corazón. Todo brillaba—el aire, la luz, incluso los árboles, como si todo el bosque contuviera la respiración.

Entonces el Espíritu Nacido se volvió hacia mí.

—Lia Brown. Tu prueba es la primera.

Mi estómago se tensó, pero no me inmuté. Solo asentí....

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