244. Juegos de mesa

Nos encontrábamos todos reunidos en la sala de estar, en una de esas raras noches en las que nadie estaba sangrando, entrenando o corriendo para luchar contra algo con demasiados dientes. Solo nosotros. A salvo. Juntos.

Era uno de esos momentos en los que necesitábamos un descanso y, ¡maldita sea, l...

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