Capítulo 6

Carly apenas sobrevivió el día sabiendo que Landon estaba en su oficina con una mujer vestida provocativamente. Esto enfurecía a Carly, especialmente porque Landon seguía enviándole más trabajo. Al principio, Carly aceptó hacer el trabajo, pero pronto se dio cuenta de que los documentos eran responsabilidad de Landon. Carly sospechaba que Landon le pasaba su trabajo para tener tiempo para la mujer en su oficina.

Sus sospechas se confirmaron cuando Landon le pidió que trabajara horas extras para terminar los documentos. Carly se sintió utilizada y faltada al respeto. Pensó en confrontar a Landon sobre la situación, pero sabía muy bien que él solo desestimaría sus preocupaciones y posiblemente la acusaría de estar celosa. Tenía que hacer algo para proteger su trabajo y su autoestima, pensó. Pero, ¿qué podía hacer?

Suspiró para sí misma mientras intentaba concentrarse e ignorar la tentación de ir a escuchar lo que estaba sucediendo detrás de esas puertas de vidrio opaco.

Carly ni siquiera bajó a almorzar, estuvo ocupada todo el tiempo, y después de completar el trabajo, se sentó erguida y se relajó en su asiento, girando ligeramente el cuello como si lo masajease. Estaba cansada, muy cansada. Y el hecho de que no podía hacer nada la hacía sentir aún más indignada.

Carly había estado tan absorta en su trabajo que no se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado. Cuando finalmente miró la hora, se sorprendió al ver que ya eran más de las siete de la noche. Había estado trabajando más de una hora después de que la tienda cerrara.

Al alcanzar su teléfono, notó que había perdido cuatro mensajes de Jasmine. Se sintió culpable por no responder, pero había estado demasiado ocupada para siquiera revisar su teléfono. Carly sabía que tenía que terminar su trabajo antes de irse, pero también sabía que necesitaba compensar a Jasmine por no haber respondido antes.

Después de otros quince minutos, Carly finalmente se movió y su primera acción fue llamar a Jasmine para disculparse por no haber respondido antes. Jasmine fue comprensiva y le dijo a Carly que no se preocupara. Carly se sintió aliviada y agradecida por la comprensión de Jasmine. Tan pronto como colgó, la puerta de la oficina de Landon se abrió y la misma mujer salió.

—Hola —saludó con una pequeña sonrisa.

Carly la miró con desdén—. Hola. Pensé que ya te habías ido.

—Yo también —dijo con una sonrisa más grande.

—¿Tú también... qué?

—También asumí que te habías ido —dijo—, al menos a esta hora.

—Yo trabajo aquí, tú no —afirmó Carly.

—Sí. De todos modos, eso es todo por hoy. Nos vemos cuando nos veamos —le lanzó un beso y se dirigió al ascensor. Viendo cómo su cabello se balanceaba, Carly quiso actuar por impulso y agarrarlo, tirando con tanta fuerza. Pero, no. No podía hacer eso. Si Landon tenía el descaro de darle tanto trabajo solo por la presencia de ella, solo Dios sabe lo que le pasaría si la lastimaba.

Carly no pudo evitar sentirse molesta mientras veía a la mujer salir del piso por completo. Para empeorar las cosas, la mujer tuvo el descaro de saludar y sonreír, e incluso lanzarle un beso al aire mientras se iba.

Carly no podía dejar de preguntarse qué tipo de influencia tenía la mujer sobre su jefe. No entendía por qué él le daba tanto trabajo solo porque la mujer estaba en la oficina. Carly sentía que la estaban castigando por algo que no era su culpa. Intentó concentrarse en lo que tenía entre manos, pero su enojo seguía ganándole.

—Está bien, de todas formas me iré —envió los documentos en formato digital por si Landon tenía algún cambio que hacer antes de que pudiera imprimirlos.

Cuando Carly finalmente salió de la oficina, no pudo evitar sentirse frustrada. No veía la hora de llegar a casa y olvidar todo el asunto. Intentó sacudirse la sensación de que la mujer tenía algo que ver con el repentino cambio de comportamiento de su jefe. Carly sabía que tendría que vigilar su actitud si quería sobrevivir. No quería parecer celosa ante Landon.

Mientras caminaba por las calles oscuras, empezó a pensar en él. Los pocos momentos que compartieron y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, hasta que escuchó el sonido de metal raspando en la carretera. Se detuvo instantáneamente porque recordó algunas cosas sobre ese ruido.

Intentó apresurar sus pasos, pero un brazo fuerte le agarró la muñeca y otro le cubrió la boca. Carly comenzó a luchar con el hombre que la sostenía. Por la fuerza de su agarre, podía decir que era un hombre muy poderoso. No había forma de ganar o seguir luchando.

Carly mordió la mano y la persona la soltó, siseando de dolor. Se alejó rápidamente de ellos y se giró para enfrentar a quien estaba detrás de ella. Carly estaba más que asustada al encontrar a dos hombres detrás de ella, mirándola con hambre. Al principio, asumió que querían acostarse con ella o algo así y estaba lista para negociar con ellos hasta que pudiera obtener ayuda. Pero su siguiente declaración, que fue la primera para ella, hizo que su sangre se helara.

—Debes ser Carly James, ¿verdad? —preguntó el primero.

Insegura, Carly dio unos pasos hacia atrás y asintió lentamente.

—Bien. Tu padre nos debe mucho dinero, querida, y hemos venido a cobrarlo de ti —dijo el otro hombre.

—Soy Benjie, él es Ray. Olvídate de llevarnos a la policía, los tenemos en la palma de nuestras manos —dijo Benjie con una sonrisa astuta.

La respiración de Carly se detuvo en su garganta—. Mi padre... Nunca me dijo nada sobre ninguna deuda.

Ray se rió—. Está bien, si no nos pagas, podemos simplemente tomar el pago.

—Por favor... —suplicó—. No tengo dinero.

—Eso también está bien —dijo Ray—. Aceptamos pagos en especie también.

Carly retrocedió y antes de que pudiera girarse para empezar a correr, su espalda tocó la pared fría que mostraba que había llegado a un callejón sin salida y tembló, asustada.

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