Capítulo 89

El aroma de Alexander me golpeó como un tren de carga en el estrecho espacio entre nosotros y la pared.

Intenté empujar su pecho, pero era como empujar una pared de ladrillos. —¡Te dije que no voy a compartir la cama contigo! ¡Esto no es real!

Sus ojos ámbar se oscurecieron mientras se inclinaba m...

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