«¡Eres un asco!»

Elicia:

Flotando en la cálida brisa arenosa mientras mi cuerpo atravesaba las remolinos dorados de las dunas de arena, deteniéndome en el familiar pasillo de piedra lisa. La sombra de ámbar apagado daba al majestuoso salón de jeroglíficos una sensación inquietante. Reconociendo el polvo dorado bril...

Inicia sesión y continúa leyendo