El camino a casa

El trayecto fue dolorosamente silencioso. Sin conversación, sin música para cortar la tensión.

—¿Quieres que te lleve a ver a tu papá? —preguntó Riley.

Negué con la cabeza.

—Él no quiere que esté ahí… —respondí suavemente—. ¿De verdad no me tocaste? —pregunté. Riley se rió, un sonido frío y amarg...

Inicia sesión y continúa leyendo