Verdades reveladas

Mi mandíbula dolía de tanto apretar los dientes. La hoja de plata se clavaba en mi piel mientras dos de los lobos de Levi me sujetaban. Cada corte era superficial. No estaba perdiendo sangre, pero cada tajo dolía como el infierno. No pude contenerme más, mi grito animal desgarró el almacén y resonó ...

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