La mente de Avril está envenenada.

CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS

AVRIL

—Todavía no hemos llegado a ese punto, ¿sabes? —dijo Jumai mientras tomaba el teléfono de sus manos con delicadeza y un toque de romanticismo.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso quieres que pierda mi trabajo? —preguntó él mientras miraba con deseo los labios de Jum...

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