CAPÍTULO 40

DALTON

El agua de la ducha caía en cascada sobre nuestros cuerpos. Mi espalda estaba presionada contra la pared, mientras Blair tenía su cabeza apoyada en mi pecho, sostenida firmemente en mis brazos. Nuestras respiraciones seguían desiguales, como si hubiéramos corrido un maratón.

—Esto es demasi...

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