Capítulo 46 El reflejo del amanecer

El nuevo mundo amaneció en calma.

El mar dormía sin memoria, las olas se movían con un ritmo tan pausado que parecía inventado, y el cielo tenía un brillo suave, casi irreal, como si aún no hubiese decidido qué color adoptar.

Nara se despertó en la arena, envuelta en la tibieza del sol.

A su lado...

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