Capítulo 15 - Hay otro

Lunaya.

Caí con fuerza sobre mis manos y rodillas en la piel de animal, la misma piel sobre la que estábamos follando hace apenas diez minutos. El cuerpo de Alyse fue arrojado a mi lado y la agarré para atraerla a mi abrazo.

—¿Qué demonios? —gruñí a la mujer que la dejó caer, reprimiendo el impulso...

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