Capítulo 26

El joven se sentó en silencio en el banco, sin reaccionar a los psicópatas de Dean. Sus labios se curvaron en una sonrisa mientras miraba al chico. Ojos malvados destellaban relámpagos, la voz era demasiado ronca y áspera, y los músculos de todo el cuerpo estaban tensos.

—¿Crees que siempre correré...

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