Capítulo 13- Roman

Tambo ligeramente mis dedos en el volante mientras mi coche sigue su camino. Mi noche había sido, por decir lo menos, bastante interesante. Después de visitar a Bruni Santos, finalmente puedo relajarme. Ahora puedo perdonarlo, porque ahora no se atreverá a ponerle una mano encima a mi sirena nunca m...

Inicia sesión y continúa leyendo