Capítulo 129 Enciérrala

La vuelta a casa fue silenciosa. Mis nudillos se volvieron blancos mientras agarraba el volante, el recuerdo de Katherine en los brazos de Leo quemando detrás de mis ojos como ácido. Cada vez que parpadeaba, ahí estaban—sus brazos alrededor de su cuello, su cuerpo presionado contra el suyo.

Podía s...

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