Capítulo 41 La desgarradora verdad

Estaba sentada en la cama, perdida en pensamientos en los que preferiría no profundizar, cuando Emma entró de puntillas en mi habitación. Una mirada a su cara intentando demasiado parecer inocente.

—¿Mamá? —dijo dulcemente—. ¿Te sientes mejor? ¿Todavía te duele?

—¿Qué estás haciendo, cariño?

—¡Na...

Inicia sesión y continúa leyendo