Capítulo cuarenta y seis.

La gran noticia.

Después de un almuerzo lleno de revelaciones y promesas, la familia se quedó en la mesa, saboreando el último bocado de postre. El aire se sentía más ligero, impregnado de una dulzura que no solo venía del flan, sino de la renovada esperanza que los unía. Dottie, felizmente saci...

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