Capítulo cuarenta y ocho.

¡Hogar, dulce hogar!

El regreso al hogar se sintió como un suave aterrizaje después de una turbulenta travesía. De nuevo en casa significaba un refugio para Leticia; los recibió con el cálido abrazo de Alicia, la ama de llaves y cocinera, quien los esperaba con una sonrisa radiante y una cena hu...

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