Capítulo cincuenta y cuatro.

El regalo y el adiós…

La mañana siguiente, el sol acariciaba suavemente la habitación a través de las cortinas. Daniel se despertó primero, con una sonrisa que se le dibujó en el rostro al recordar la felicidad de la noche anterior. Se levantó en silencio y se dirigió al baño, para luego regresar c...

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