Capítulo cincuenta y cinco.

Una nueva promesa.

El silencio en el auto era un muro impenetrable, más denso que la neblina que se aferraba a la carretera. Leticia miraba por la ventana, el paisaje urbano desfilando como un borrón, mientras el dolor de la mañana seguía vivo en su pecho. Las palabras de Daniel, "no es el momen...

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