Capítulo setenta y dos.

El Inicio de la trampa.

Una hora más tarde, Daniel regresó a casa. Estaba agotado. Había sido un día maratónico con la junta directiva y el lanzamiento del perfume de Leticia que era la única cosa que mantenía su energía.

—¡Mi amor! —saludó Daniel, dejando caer el portafolio pesadamente junto...

Inicia sesión y continúa leyendo