Capítulo setenta y tres.

¡Vil!

Leticia despertó al primer rayo de sol, el agotamiento de esa noche por una lucha contra la ansiedad incipiente y la tensión acumulada por las palabras venenosas de Claudia. Las imágenes de la empleada aferrada a Daniel, el susurro sugestivo, se habían enroscado en sus sueños.

Se puso u...

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