Capítulo setenta y cinco.

El hospital y la dolorosa verdad.

La sirena de la ambulancia rasgó el silencio de la noche mientras Javier conducía, nervioso, al lado del vehículo de emergencias, asegurándose de que Leticia fuese estable. Dejó a Dottie con la señora de seguridad de la villa, quien había subido a la niña, aún ...

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