Capítulo setenta y siete.

La confesión.

—¡Claro que sí! ¡Sé todo de ti! Sé que te gusta el café sudamericano que yo te preparaba y no el que Leticia te sirve. Sé que cuando te estresas, caminas de un lado a otro en el despacho. Sé que te pones esa camisa azul cuando tienes que cerrar un trato importante. Y sé que tie...

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